Nueve meses, cien medidas

En mayo del año pasado, Susana Díaz insistía en pedir responsabilidad a los grupos políticos del Parlamento de Andalucía para que acabaran con el bloqueo a la constitución de un gobierno, advirtiendo de que no había “tiempo que perder”. Pocos días después de aquellas palabras, su Gobierno conseguía tomar posesión y, efectivamente, en estos nueve meses ha actuado en consecuencia: sin descanso, para recuperar los 80 días perdidos y para conseguir que Andalucía deje atrás la crisis lo antes posible y en las mejores condiciones posibles.

100 días, 100 medidas

En los cien días que han transcurrido desde que Susana Díaz tomara posesión como presidenta de la Junta de Andalucía, el Gobierno andaluz ha impulsado más de cien medidas. No todos los gobiernos pueden decir lo mismo. Sin embargo, en Andalucía los socialistas hemos sido conscientes de que teníamos que trabajar intensamente para recuperar el tiempo que nos hicieron perder el resto de fuerzas políticas al bloquear la investidura de la presidenta.

Gobierno con talento y talante

En el nuevo tiempo político en el que nos encontramos en Andalucía, el diálogo, el acuerdo y el consenso se plantean como los pilares básicos sobre los que debemos de alcanzar una mayor prosperidad que, a su vez, nos lleve a más y mejores servicios dentro del Estado del Bienestar defendido por los socialistas. Con ese claro objetivo en mente, la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, ha formado un gobierno que está dispuesto, desde el primer minuto, a solucionar los problemas de los andaluces.

Acuerdo por Andalucía

Los votos de los andaluces el pasado 22 de marzo conformaron un Parlamento más plural. Los socialistas, con Susana Díaz como candidata a la Presidencia, ganamos esa cita electoral, pero entendimos a la perfección el mensaje de la ciudadanía: En este nuevo tiempo político, el diálogo y el acuerdo entre partidos tiene que ser la clave para diseñar acciones que hagan progresar a la comunidad.

Andalucía no puede esperar

A pesar del ingente trabajo que el Gobierno andaluz ha realizado en los años más duros de la crisis, tomando medidas para proteger a las personas del desastre económico, funcionando además como una barrera ante los recortes aplicados por el Gobierno central, a día de hoy Andalucía necesita seguir trabajando. Estamos en un momento crucial, en el que es imprescindible que se sigan aplicando reformas para afianzar la creación de empleo y conseguir que volvamos a la senda del crecimiento. Estamos en un momento clave y, para poner todo esto en marcha, Andalucía necesita un gobierno.

Gobernar con transparencia

Septiembre de 2013. Susana Díaz toma posesión como presidenta de la Junta de Andalucía con un discurso en el que abordó, sin tapujos, un tema que siempre le ha preocupado especialmente: La desafección de la política. “La gente no nos ve con buenos ojos”, comentó. Consciente de esa realidad, se planteó cambiarla a base de transparencia, transparencia y más transparencia en su gestión. La esencia de esa filosofía la resumió con una frase muy visual: “Gobernar con puertas y ventanas abiertas”.

Madurez política

Una semana después vuelvo por aquí para hablarles de mismo tema que entonces, de las elecciones autonómicas, pero conociendo ahora su resultado final. Como pueden imaginar, estoy satisfecha con lo sucedido ya que los andaluces confían en Susana Díaz y en el PSOE para que gobierne la región los próximos cuatro años y para que la defienda ante el Gobierno de España –especialmente importante teniendo como presidente a Rajoy, que no es que nos trate precisamente bien-.

Susana, con el empleo

Son muchos los obstáculos por remover y es largo el camino que aún tenemos por delante para poder recuperar el equilibrio social después de todos los años de crisis económica que estamos viviendo y de los duros recortes al Estado del Bienestar acometidos por el PP. Pero, sin duda, la prioridad absoluta dentro de la hoja de ruta para llegar a ese escenario tiene que ser la creación de empleo. La dignidad empieza por tener un puesto de trabajo que garantice a uno mismo y a su familia los ingresos necesarios para vivir.