Ayudas que crean empleo

Nuestra prioridad es el empleo. Esta frase, que escuchamos, a menudo, de boca de la presidenta del Gobierno andaluz, Susana Díaz, se ve refrendada por los hechos un día sí y otro también. La última ocasión de comprobarlo la hemos tenido esta semana al conocer que la Junta abrirá el próximo 15 de mayo el plazo para que los ciudadanos, las pequeñas empresas y las entidades locales soliciten las nuevas ayudas a la mejora energética de edificios e infraestructuras, lo que permitirá relanzar la actividad y el empleo en uno de los sectores más afectados por la crisis económica.

Política práctica

El Parlamento de Andalucía ha dado esta semana un claro ejemplo de que la política –esa actividad a la que tan mala fama dan unos cuantos– puede servir para mejorar la vida cotidiana de las personas, resolviéndoles los problemas concretos a los que se enfrentan. Me estoy refiriendo, en concreto, a la modificación de la Ley de Ordenación Urbanística de Andalucía que los parlamentarios aprobamos en el Pleno de este miércoles y que va a permitir la regularización de en torno a 30.000 viviendas repartidas por toda Andalucía.

El PP llega a deshora

Es una lástima que cuando Andalucía más necesita de unos partidos políticos con las ideas claras y con una senda de trabajo bien definida, el Partido Popular esté completamente perdido y alejado de la ciudadanía, centrado en sus problemas de liderazgo.

Solamente así se entiende que ahora se acuerden de los propietarios de viviendas en situación irregular. Pero, me pregunto, ¿dónde han estado todo el tiempo que el PSOE ha trabajado mano a mano con los afectados y, sobre todo, dónde estaban Juan Manuel Moreno y Javier Arenas cuando sacamos adelante medidas concretas a su favor en el Senado?

Todo lo que ocurre en la casa del PP andaluz es un misterio sin resolver que, por desgracia, afecta en su día a día a muchos andaluces. Por eso, precisamente, espero que cambien de actitud después de hacerles recordar cómo se ha actuado tanto por parte de la Junta de Andalucía como por parte del PSOE en el asunto de las casas irregulares.

Para empezar, siempre hemos trabajado desde el diálogo con los propietarios y con los ayuntamientos, afectados de lleno por la situación. En ese marco, los socialistas conocimos la necesidad de cambiar el Código Penal para que no se pudiera derribar la casa de un comprador de buena fe sin que antes cobrara una indemnización.

Esa petición la llevamos al Senado, donde obligamos al PP –el mismo que ahora llega tarde y mal al tema- a que votara a favor después de una fuerte presión en forma de peticiones desde los ayuntamientos y la Diputación Provincial. Una Diputación Provincial en la que, llamativamente, el presidente del PP almeriense votó en contra del cambio en la normativa.

En el caso del gobierno de Susana Díaz, nada tiene que enseñarle el PP en este apartado. Y es que, en estos momentos, se continúa con las actuaciones necesarias para la modificación de la LOUA que permitirá regularizar estas viviendas dentro de un proceso, el del Decreto de Regularización de las Edificaciones en Suelo no Urbanizable en Andalucía, por el que 84 municipios almerienses están ya en condiciones de que esta norma se haga efectiva.

Después de este repaso, si yo fuera Juan Manuel Moreno estaría bastante enfado. Porque, o bien no le cuentan lo que pasa realmente, o bien es que no lograr enterarse. Y eso pensando bien y no que, para distraer de su terrible posición, esté tratando de hablar por hablar desde la ligereza de asuntos que son muy serios.

Una enmienda de justicia

Me alegra mucho abordar este artículo a partir de una buena noticia. Me refiero a la aprobación en el Senado de una modificación al Código Penal presentada por la parlamentaria andaluza por el PSOE almeriense y senadora por Andalucía, Fuensanta Coves, que permitirá que los jueces suspendan el derribo de viviendas irregulares hasta que sus propietarios, compradores de buena fe que fueron engañados, no reciban una indemnización.

Sin alma

El PP puede dormir a pierna suelta esta noche. Después de semanas en los que su segunda máxima preocupación, aquella que les quitaba el sueño, era parar el decreto antidesahucios de la Junta de Andalucía, lo han conseguido – su primera ocupación está claro que es rezar para que Bárcenas no siga tirando de la manta y desvelando la posible financiación irregular de su partido y los estupendos sobresueldos que cobran sus dirigentes –.