Legitimidad y caretas

Ciudadanos no puede seguir jugando al escondite protegiendo a Rivera de sus flirteos con VOX. El líder nacional de los naranjas ya reconocía que había puntos en común en sus planteamientos y estaba muy orgulloso de participar en sus encuentros, la misma pantomima de Casado. Las derechas tienen objetivos comunes y los servicios públicos están en sus programas, pero para recortarlos y hacerlos testimoniales. Las clases medias pueden encontrarse con problemáticas de atención a las familias en cuestiones de primer orden: como en la atención a la infancia, a los servicios educativos que protegen la igualdad de oportunidades, al acceso a la universidad de las clases menos favorecidas económicamente, la universalidad y gratuidad de la sanidad, la atención a la dependencia y a la discapacidad, etcétera. Esto no es ninguna broma como para ponerle caretas de avances y modernidad con un cambio inventado por la derecha que o, no sabe sumar, o la participación en la vida pública de un partido reaccionario, machista y xenófobo le parece lo más democrático del mundo. A Andalucía le han convertido en un ensayo para abordar el Estado con el sueño centralizador y rescatar las competencias en los territorios, que siempre han rechazado y añorado tiempos, donde las libertades eran metas a conseguir. Estos movimientos de negociaciones y cafés nos hacen volver a mirar un pasado que creíamos superado. Calificar Moreno Bonilla de “modernidad” es no conocer el currículum de su gestión política. Es, más bien, bochornoso que abandere un cambio para retroceder en derechos. Le ha sentado mal que el PSOE siga siendo quien haya ganado las elecciones a pesar de tantas confluencias a las que la derecha no es ajena. 

 

Por Almería o contra Almería

Cuando apenas faltan dos días para que los españoles acudamos a las urnas, conviene reflexionar sobre lo ocurrido en los últimos tiempos. Los cuatro años de gobierno de Rajoy han sido cuatro años perdidos para Almería, en la medida en que ninguno de los problemas de la provincia ha encontrado solución ni ha experimentado avance ninguno. Por gracia y obra de Podemos, además, ese Gobierno nefasto para los almerienses ha tenido seis meses más de prórroga.

Líderes sin careta

En poco más de un mes, los españoles estamos citados de nuevo a una jornada electoral en la que se decidirá el futuro del país. Aunque algunos quieran creer que nada o casi nada ha cambiado desde el pasado 20 de diciembre, lo cierto es que el escenario electoral a día de hoy se ha modificado radicalmente, porque en los cuatro últimos meses han ido cayendo, una a una, todas las caretas.

Nos lo jugamos todo

Después de cuatro largos años de recortes y sufrimiento, el próximo domingo los ciudadanos de este país nos lo jugaremos todo a una carta. Cualquier elección es importante, pero la cita del próximo domingo es crucial. No sólo se va a elegir al presidente del Gobierno para los próximos cuatro años. Si me apuran, lo que nos jugamos es si permitimos que nos sigan hundiendo en la miseria mientras unos pocos se lo llevan calentito, si permitimos que le den la estocada de muerte a los derechos sociales que tantas décadas nos costó conseguir, si nos arrojamos por el precipicio de la incertidumbre o si apostamos por un partido responsable y comprometido, que tiene una hoja de ruta clara para conseguir que España crezca pero que también crezcamos, con ella, todos los españoles.

Continuidad o cambio

De todos los mensajes que está lanzando la derecha en tiempos de campaña electoral, sólo comulgo con uno: la España de hoy no se parece ni por asomo a la que había antes de Rajoy. Efectivamente, no la reconocería ni su madre. En estos cuatro años, hemos retrocedido en igualdad, en derechos y en libertades, mientras la economía sólo ha ido bien para unos cuantos. Por si fuera poco, Rajoy ni siquiera ha cumplido la promesa con la que llegó al poder, aquellos 3,5 millones de empleos nuevos con los que se metió en el bolsillo a muchos ciudadanos que necesitaban un puesto de trabajo. La triste realidad es que, a la vuelta de cuatro años, no sólo no se ha creado empleo, sino que el que teníamos se ha precarizado.

El miedo de Rajoy

La temporada de debates electorales ha arrancado esta semana, con un encuentro que pretendía ser a cuatro pero terminó siendo a tres, ante la ausencia del presidente del Gobierno y candidato del PP a la reelección, Mariano Rajoy, que no quiso acudir. A la misma hora en la que tres de los aspirantes a La Moncloa explicaban sus propuestas para recuperar España de la crisis social en la que lo ha sumido el PP, el máximo responsable de este desastre, Rajoy, comparecía cómodamente en una entrevista televisada. La excusa de la falta de tiempo del presidente para asistir a debates ya había quedado dañada días antes, cuando sí sacó tiempo para comentar la actualidad futbolística en un programa de radio, pero ha quedado definitivamente refutada al exhibirse a la misma hora que sus oponentes, pero en solitario.

El gran avance del PSOE

No puedo comenzar otra manera este artículo que dando las gracias a todos los almerienses que apoyaron el pasado domingo en las urnas a los socialistas. El objetivo que desde el PSOE provincial nos habíamos marcado, trabajando sin descanso para poder devolver a las personas al centro de la gestión municipal tras las elecciones del 24 de mayo, se ha cumplido con creces.

Gobernar para la mayoría

El lema elegido por el PSOE para la campaña electoral que hoy termina, ‘Gobernar para la mayoría’, condensa lo que los socialistas defendemos que hace falta en este país para enfrentar el futuro: gobiernos que miren por las personas.

Gobernar para la mayoría

El pasado fin de semana, los socialistas celebramos nuestra Conferencia Municipal bajo el lema ‘Ayuntamientos para la recuperación justa’. La elección del eslogan no fue casual: estamos convencidos de que los ayuntamientos tienen un papel fundamental para que el país salga del pozo en que nos ha hundido el Gobierno del PP.

La buena decisión

Las próximas elecciones autonómicas y municipales están a la vuelta de la esquina. Se acerca el momento de que la ciudadanía juzgue los hechos de los diferentes partidos políticos, en el gesto más importante con el que cuenta la democracia. Participar es siempre clave, pero en estos días he estado pensando en lo trascendental que es para los municipios más pequeños. El 50 por ciento de los de Almería tiene menos de mil habitantes, que conocen a la perfección lo que se hace o no en sus pueblos dependiendo del partido que gobierne, porque lo ven con sus propios ojos día tras día.