El miedo de Rajoy

La temporada de debates electorales ha arrancado esta semana, con un encuentro que pretendía ser a cuatro pero terminó siendo a tres, ante la ausencia del presidente del Gobierno y candidato del PP a la reelección, Mariano Rajoy, que no quiso acudir. A la misma hora en la que tres de los aspirantes a La Moncloa explicaban sus propuestas para recuperar España de la crisis social en la que lo ha sumido el PP, el máximo responsable de este desastre, Rajoy, comparecía cómodamente en una entrevista televisada. La excusa de la falta de tiempo del presidente para asistir a debates ya había quedado dañada días antes, cuando sí sacó tiempo para comentar la actualidad futbolística en un programa de radio, pero ha quedado definitivamente refutada al exhibirse a la misma hora que sus oponentes, pero en solitario.

Rajoy no está dispuesto a que le digan en la cara cómo ha dejado este país. Lo ha dejado claro al ausentarse de este primer debate y al anunciar que será la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, la que acudirá al segundo debate a cuatro, anunciado para el próximo lunes.

Es muy humano no querer dar la cara cuando a uno sólo le van a decir cosas desagradables, pero alguien que pretende presidir un país tiene la obligación de decir claramente a la sociedad qué planes tiene, cosa que Rajoy está evitando a toda costa, porque lo único que tiene que ofrecer para los próximos cuatro años es lo que ya ha hecho en los últimos cuatro: premiar a los poderosos y castigar al resto.

Lo que tal vez no haya previsto Mariano Rajoy es que su estrategia de esconder la cabeza debajo de tierra en el fondo está beneficiando a quien sí tiene un proyecto para este país y no tiene miedo de explicarlo: Pedro Sánchez. Frente al silencio de quien todavía es presidente aunque no lo parezca, Pedro Sánchez está demostrando ser el único candidato con propuestas reales y viables para reconstruir España. Tiene el aval de su experiencia como diputado y un proyecto sólido, con medidas muy concretas para relanzar la economía española y hacer que la recuperación llegue a las familias, resarciéndolas del daño que han sufrido en estos últimos cuatro años. Gracias a esos debates de los que Rajoy huye, Pedro Sánchez está demostrando que en este país tenemos una alternativa de izquierdas solvente y lista para gobernar.