El mensaje que viene repitiendo machaconamente el Partido Popular sobre la “espectacular gestión” que han realizado sus alcaldes en nuestros pueblos y ciudades en los últimos cuatro años es imposible de creer para cualquiera que tenga los ojos abiertos. Decir, como dicen, que sus alcaldes han hecho una buena gestión cuando se han olvidado de las personas y, en lugar de atender sus necesidades, se han dedicado a subirles los impuestos en mitad de una durísima crisis económica, es querer tapar el sol con un dedo. El que lo intenta puede llegar a creerse su propia mentira, pero el sol sigue estando ahí.
El PP saca pecho por cosas que no son importantes. Por ejemplo, por haber hecho obras. En el caso de la capital, sin ir más lejos, todavía se están poniendo medallas a sí mismos por haber construido un par de parques en barrios de alto poder adquisitivo o un gran gimnasio en pleno centro, mientras que en los barrios los niños tienen que saltar las vallas de los colegios para poder jugar, porque no tienen ni parques dignos ni pistas deportivas. Si el lector busca en cada pueblo gobernado por el PP, seguro que encuentra ejemplos de este tipo.
El Gobierno del Partido Popular ha sido el responsable de todos los recortes que hemos sufrido los ciudadanos en los años más duros de la crisis. En este tiempo ninguno de sus alcaldes ha levantado la voz para defender a sus vecinos, lo que los convierte en cómplices. Mención especial merecen los casos de los alcaldes de Almería, Gádor y Cuevas del Almanzora, que, por su condición de diputados o senadores, han votado a favor de los recortes del PP y, sin embargo, se han negado a apoyar medidas justas que reclamábamos desde el PSOE, como la puesta en marcha de un plan de empleo especial para Andalucía.
Por cosas como éstas, los alcaldes del PP han perdido toda la credibilidad. Frente a ellos, los socialistas tenemos un compromiso irrenunciable con las personas y hemos dado sobradas muestras de ello. El PSOE consagró la salud y la educación como servicios públicos, gratuitos y universales. Aprobamos la Ley de Dependencia. Cuando hemos gobernado, hemos trabajado para tener ciudades y pueblos más solidarios y, a partir del 24 de mayo, lo seguiremos haciendo.
El PP saca pecho por cosas que no son importantes. Por ejemplo, por haber hecho obras. En el caso de la capital, sin ir más lejos, todavía se están poniendo medallas a sí mismos por haber construido un par de parques en barrios de alto poder adquisitivo o un gran gimnasio en pleno centro, mientras que en los barrios los niños tienen que saltar las vallas de los colegios para poder jugar, porque no tienen ni parques dignos ni pistas deportivas. Si el lector busca en cada pueblo gobernado por el PP, seguro que encuentra ejemplos de este tipo.
El Gobierno del Partido Popular ha sido el responsable de todos los recortes que hemos sufrido los ciudadanos en los años más duros de la crisis. En este tiempo ninguno de sus alcaldes ha levantado la voz para defender a sus vecinos, lo que los convierte en cómplices. Mención especial merecen los casos de los alcaldes de Almería, Gádor y Cuevas del Almanzora, que, por su condición de diputados o senadores, han votado a favor de los recortes del PP y, sin embargo, se han negado a apoyar medidas justas que reclamábamos desde el PSOE, como la puesta en marcha de un plan de empleo especial para Andalucía.
Por cosas como éstas, los alcaldes del PP han perdido toda la credibilidad. Frente a ellos, los socialistas tenemos un compromiso irrenunciable con las personas y hemos dado sobradas muestras de ello. El PSOE consagró la salud y la educación como servicios públicos, gratuitos y universales. Aprobamos la Ley de Dependencia. Cuando hemos gobernado, hemos trabajado para tener ciudades y pueblos más solidarios y, a partir del 24 de mayo, lo seguiremos haciendo.
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