viernes, 4 de julio de 2014

La memoria de pez del PP

Una investigación acaba de demostrar que los peces, pese a que se creía que solo tenían una capacidad de memoria de 30 segundos, realmente pueden mantener algunos recuerdos hasta 12 días después. En esos mismos plazos debe de moverse el Gobierno de Rajoy cuando pretende que los ciudadanos de este país se sumerjan en el olvido de todos y cada uno de los desmanes que el PP está cometiendo durante su mandato.
 
Ahora, pretenden que nos olvidemos también de otras cuestiones que les afectan directamente como la presunta financiación ilegal de su partido, los pagos de las obras de su sede con dinero negro – que un juez ya da por probados- en las que tuvo que entrar la Policía Judicial para obtener información que el propio PP no quería dar a la Justicia, o que su extesorero lleve un año en la cárcel y todavía no se haya aclarado la procedencia del dinero que acumuló en Suiza.
 
Para que esos recuerdos se vayan disipando, Rajoy se ha sacado ahora de la chistera – con una vocación claramente electoralista- una agenda de regeneración democrática sin que en el PP nadie se haya hecho responsable de lo ocurrido ni que tampoco el propio presidente se dé por aludido en este monumental escándalo que sonroja no ya a España sino a media Europa.

Los ciudadanos, por fortuna, gozan de una espléndida memoria y están más que acostumbrados a estos juegos de malabares de la derecha que ya no engañan a nadie. Si realmente quieren acometer estas reformas, entre las que estarían la de la elección directa de los alcaldes para que gobierne el más votado, no es serio que lo hagan a unos meses de las elecciones municipales. Para abordar un asunto de este calado que afecta a la Ley Electoral se necesita tiempo y, sobre todo, consenso entre las fuerzas políticas.
 
Los socialistas estamos dispuestos a hablar también de propuestas serias sobre el asunto de los aforados porque entendemos que es necesario ese debate, pero a lo que no estamos dispuestos es a que el PP pretenda erigirse en el valedor de esta necesidad mirando exclusivamente sus intereses electorales.
 
En todo esto, además, resulta sorprendente, si no ridículo, que Mariano Rajoy no haya realizado este anuncio en sede parlamentaria y que lo haga en un campamento de verano, lo que viene a demostrar que la derecha de este país tiene muy poco respeto a las instituciones y a los representantes legítimamente elegidos por los ciudadanos.

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