El Partido Popular está condenando a nuestra provincia a quedarse en el vagón de cola de la Alta Velocidad. Las denuncias que en este sentido venimos realizando los socialistas en los dos últimos años han sido recogidas esta misma semana también por los empresarios que han criticado el ninguneo al que nos somete con el AVE el Gobierno de Rajoy.
Tanto Asempal como la Cámara de Comercio han reaccionado –por fin- y han situado de nuevo en la agenda de legítimas aspiraciones de los almerienses esta infraestructura que consideramos vital para nuestro presente y futuro. En fin, nunca es tarde, como se dice, si la dicha es buena pero lo cierto es que el empresariado almeriense se ha tomado demasiado tiempo en subirse a este tren.
La Alta Velocidad comenzó a ser una realidad en nuestra provincia con el anterior gobierno socialista. Esto no es una opinión sino un dato objetivo. Entonces, se hizo el diseño de esta infraestructura, se licitaron tramos y algunos, los más complicados desde el punto de vista de la orografía, se ejecutaron con el objetivo de que el resto, los más sencillos, fuesen acometidos a continuación.
Ese momento, el siguiente a lo realizado, no ha llegado. Y no lo ha hecho por decisión del actual Gobierno del PP que ha preferido destinar las inversiones a otros territorios, discriminado de manera vergonzosa a todos los almerienses que verán como el AVE llega a Murcia o a Granada próximamente mientras nuestra provincia se queda aislada. Paralelamente, el Puerto de Almería sufrirá un castigo como ningún otro ya que sin conexión con el ferrocarril verá cercenadas sus posibilidades de crecimiento económico y de creación de empleo.
En estos dos años de gestión del Ejecutivo del PP se han dejado de invertir en Almería muchos millones de euros. En concreto, solo en 2013 y 2014 – año en el que tampoco habrá obras-, la cifra arroja un saldo negativo de 183 millones de euros, y esto si solo contabilizamos lo que aparece en los Presupuestos Generales del Estado que, además, se redujeron de manera escandalosa para estas obras con respecto a los años anteriores.
Lo que más llama la atención, a pesar de toda esta vergonzosa actuación de Rajoy con Almería, es la actitud de los dirigentes del Partido Popular que son incapaces de levantar la voz para reclamar lo que nos corresponde. Más allá de pedirle paciencia a los almerienses ¿piensan hacer realmente algo?
Tanto Asempal como la Cámara de Comercio han reaccionado –por fin- y han situado de nuevo en la agenda de legítimas aspiraciones de los almerienses esta infraestructura que consideramos vital para nuestro presente y futuro. En fin, nunca es tarde, como se dice, si la dicha es buena pero lo cierto es que el empresariado almeriense se ha tomado demasiado tiempo en subirse a este tren.
La Alta Velocidad comenzó a ser una realidad en nuestra provincia con el anterior gobierno socialista. Esto no es una opinión sino un dato objetivo. Entonces, se hizo el diseño de esta infraestructura, se licitaron tramos y algunos, los más complicados desde el punto de vista de la orografía, se ejecutaron con el objetivo de que el resto, los más sencillos, fuesen acometidos a continuación.
Ese momento, el siguiente a lo realizado, no ha llegado. Y no lo ha hecho por decisión del actual Gobierno del PP que ha preferido destinar las inversiones a otros territorios, discriminado de manera vergonzosa a todos los almerienses que verán como el AVE llega a Murcia o a Granada próximamente mientras nuestra provincia se queda aislada. Paralelamente, el Puerto de Almería sufrirá un castigo como ningún otro ya que sin conexión con el ferrocarril verá cercenadas sus posibilidades de crecimiento económico y de creación de empleo.
En estos dos años de gestión del Ejecutivo del PP se han dejado de invertir en Almería muchos millones de euros. En concreto, solo en 2013 y 2014 – año en el que tampoco habrá obras-, la cifra arroja un saldo negativo de 183 millones de euros, y esto si solo contabilizamos lo que aparece en los Presupuestos Generales del Estado que, además, se redujeron de manera escandalosa para estas obras con respecto a los años anteriores.
Lo que más llama la atención, a pesar de toda esta vergonzosa actuación de Rajoy con Almería, es la actitud de los dirigentes del Partido Popular que son incapaces de levantar la voz para reclamar lo que nos corresponde. Más allá de pedirle paciencia a los almerienses ¿piensan hacer realmente algo?
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