viernes, 7 de marzo de 2014

¿Con qué autoridad?


La necesidad de celebrar este 8 de marzo queda más patente que nunca cuando, precisamente coincidiendo con esta fecha, nos hemos topado en Almería con una campaña en la que la mujer es usada como reclamo sexual para la venta de un suministro agrícola. Una vez más, lamentablemente, la mujer queda reducida a un objeto de deseo al servicio del hombre, rebajándola con respecto a él y, además, en ese caso concreto, se menosprecia el importante papel que juega en el campo.


Mientras que situaciones como esta se repitan, mientras que haya personas que ni tan siquiera sean conscientes de las connotaciones que tienen imágenes y mensajes como los de ese anuncio, las mujeres tendremos que seguir reivindicando el lugar que nos corresponde en la sociedad. Pero eso sí, haciéndolo como toca, desde unos sólidos principios alejados de la pose que mantiene el PP en este tema.
Y es que si hay un asunto en el que la derecha de este país es especialmente hipócrita es en materia de igualdad. Son muchos los ejemplos que lo desvelan pero no tienen que buscarlos muy lejos, les basta con fijar su mirada en el Ayuntamiento de Almería, gobernado por un alcalde-senador que lo mismo reconoce aquí la labor de determinadas pioneras que, en Madrid, pulsa el botón para apoyar que su Gobierno nos quite el derecho a decidir sobre nuestra maternidad o recorte drásticamente los recursos para proteger a las víctimas de malos tratos.

¿Con qué autoridad, a partir de sus hechos, puede el PP –aquí, en Madrid o en Pekín- abanderar la igualdad? En estos días se ponen la máscara, como si siguieran instalados en el Carnaval, pero ya no pueden engañar a casi nadie unos dirigentes que, por mucho que se parapeten tras discursos vacíos de contenido pero que suenan bien, todo el mundo sabe que son los mismos que lo primero que hicieron al llegar al poder fue tratar de relegar a la mujer al ámbito doméstico.

Sin independencia económica, no hay igualdad. Ellos lo saben y pese a todo impulsaron una reforma laboral que priva o reduce derechos como el permiso por lactancia o el de la guarda de menores, para después desmantelar la Ley de Dependencia y obligar a las mujeres a asumir nuevamente el cuidado de sus mayores. Con este panorama, no tengan duda de que los cargos del PP seguirán siendo enemigos de las mujeres por mucho que lancen mensajes de falsa esperanza y se hagan todas las fotos que puedan este 8 de marzo.

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