sábado, 1 de junio de 2013

Sencillamente, iguales


La valentía, más que un valor, se ha convertido en estos tiempos que corren en una necesidad tribal con la que hacer frente al desarme social que en materia de igualdad está protagonizando en este país la derecha desde hace un año y medio. Rajoy, que quiere pasar de puntillas sobre estos asuntos – muy menores para él y su gobierno - deja caer a hurtadillas derechos conquistados por las mujeres un día sí y otro también, zarandeando el árbol del que han crecido todos los avances en Igualdad con la idea de que no quede ni una sola hoja a la que asirse para seguir reclamando lo que por justicia nos corresponde.


Andalucía está plantando cara a esa estrategia del PP con coraje y arrojo en un contexto político que está repercutiendo directamente en tres aspectos esenciales para las mujeres: la igualdad de oportunidades y de trato con respecto a los hombres; la corresponsabilidad en lo que se refiere a las responsabilidades familiares y domésticas, que permite la conciliación de la vida personal familiar y laboral; y el derecho a elegir sobre su propio cuerpo y un favorable proyecto de vida.

Así, la Junta ha abanderado el Pacto Andaluz por la Igualdad, una carta de acuerdos por la que se pretende impulsar la participación de las mujeres en el ámbito político, económico y social, facilitando una mayor presencia en la economía y en el mercado laboral en un momento en el que las mujeres están sufriendo de manera brutal las consecuencias de la reforma laboral. El pacto también pretende promover la igualdad de las mujeres en el seno de las empresas y de las administraciones públicas, así como favorecer su conciliación familiar y laboral, puesto que una economía que hace crecer la desigualdad no es sólo injusta, sino también ineficaz e ineficiente.

El Pacto Andaluz por la Igualdad de Género, un documento que se enmarca en el Pacto por Andalucía, ha sido elaborado con la máxima participación de la ciudadanía a través del Consejo de Participación de las Mujeres, que ha aportado más de 500 propuestas que finalmente se han concretado en 80 medidas.

La participación de las mujeres en todos los ámbitos de nuestra sociedad - político, cultural, empresarial y social - se hace imprescindible si aspiramos a una convivencia justa e igualitaria. Una sociedad en la que la representación y la participación de las mujeres no es paritaria, no es una sociedad democrática. Este impulso desde la Administración Autonómica para el fomento de la participación, la colaboración y el apoyo al tejido asociativo y social de nuestra comunidad para la promoción de la igualdad de género, es por lo tanto, no ya una estrategia política sino una necesidad social.

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