sábado, 8 de junio de 2013

Protegiendo la igualdad

Que la igualdad se haya caído de la agenda política en España desde que gobierna el PP y que sólo un 1,7 por ciento de los ciudadanos de este país se defina como feminista a pesar de que en lo que va de año han fallecido a manos de sus parejas o ex parejas más de 20 mujeres o de que ellas siguen cobrando un 22 por ciento menos al año que los hombres por el mismo trabajo son razones más que suficientes, y estoy segura de que los lectores así lo entenderán, para que por segunda semana consecutiva la temática de esta columna gire sobre la igualdad.


Lejos de la postura ideológica de un Gobierno que ha roto con la paridad entre sus ministros, que pretende prohibir a las mujeres a abortar aún en el caso de que el feto tenga graves malformaciones y en el que su presidente no dice ni una sola palabra sobre los últimos –y numerosos- asesinatos machistas cometidos en el país, los socialistas seguimos defendiendo con todas nuestras fuerzas que la igualdad no puede quedar relegada por la crisis.

La actual situación económica, que precisamente sufre con mayor crudeza la parte femenina de la sociedad, no puede ser excusa para caer en una crisis de justicia social que nos lleve a la inacción ante la situación de desigualdad aún reinante entre hombres y mujeres en este país.

Bajo esa premisa, desde el Gobierno andaluz se están manteniendo y mejorando los servicios y normas relacionadas con la igualdad de género. Y dentro de esa trascendente labor, es destacable la iniciativa que ha mantenido hasta lograr poner en marcha un protocolo ante la violencia de género –la forma más cruel de desigualdad- que, además de mejorar la coordinación entre la Junta, el Gobierno de la Nación, la Justicia y los Ayuntamientos, implica de manera pionera a empresarios y sindicatos y en el que se incluye, por primera vez, como víctimas directas a los hijos e hijas de mujeres víctimas.

Visualizarlos en las estadísticas conllevará un incremento de las medidas para su protección y atención. Por otro lado, los centros educativos se convierten en colaboradores para detectar posibles casos de violencia y alertar de los mismos mientras que las empresas y sindicatos se comprometen a aplicar determinadas actuaciones a favor de las víctimas cuando conocen el problema dentro del ámbito laboral.

Lograr una sociedad mejor, eso es alcanzar la igualdad. Y para ello, el PSOE seguirá poniendo el debate en la agenda pública. Aunque proteger la igualdad, ténganlo claro, es cosa de todos.

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