lunes, 22 de octubre de 2012

La escuela del NO-DO


El Partido Popular ha tardado poco en airear su, cada día menos oculta, “agenda” de vuelta a una España centralista a través de una estrategia que va más allá de la duración de la crisis económica. En nombre de ella, están “colando” la mayor aberración socio-económica que se pueda imaginar con la propuesta de reforma de la actual Ley orgánica de Educación. Y todo en nombre de la mejora de la calidad educativa, mediante un panfleto excluyente, elitista, segregador e ideológico más propio de las escuelas que aparecían en el NO-DO de la España de los años cincuenta.


Esta reforma está hecha a medida del PP y de los sectores más conservadores que lo apoyan y, lo que es peor, no va contra el fracaso escolar sino contra el alumnado que ha fracasado. Las medidas que aparecen en este texto para los alumnos y alumnas, que serán los que más sufrirán las consecuencias perjudiciales de la reforma, contemplan la implantación de las reválidas; la segregación temprana en diferentes itinerarios; la pérdida de la equidad y la igualdad en la enseñanza y el traspaso de alumnos de la ESO a la Formación Profesional Básica.

El hecho de que las pruebas de evaluación se realicen al final de cada etapa educativa no son para diagnosticar problemas y solucionarlos, sino para convertir la educación en una verdadera carrera de obstáculos porque, en cualquiera de las tres reválidas contempladas en el anteproyecto de Ley (sin contar la que se reservan las universidades), los niños van a ser sometidos a unas pruebas que nada tienen que ver con los objetivos de esa etapa educativa. Otro elemento muy regresivo es la segregación y selección excesivamente temprana que se pretende hacer del alumnado, no a los 15 años como dice el ministro, sino antes, a los 14 o incluso a los 13, dependiendo del mes de nacimiento.

Ésta es una edad en la que aún se tiene “poca madurez” para saber qué se quiere hacer en el futuro y, además, la medida supone una clara segregación del alumnado sin posibilidad de retorno. El ministro de Educación, el Sr Wert, se ha cubierto de gloria al reconocer públicamente que los estudiantes que pasen ya a esta edad a la Formación Profesional Básica no contarán como fracaso escolar, lo que en puridad supone maquillar estadísticamente los datos del fiasco que más tarde nos podamos encontrar en la enseñanza, a costa de niños de 13 o 14 años.

Con este anteproyecto de Ley el Gobierno de Rajoy pretende, además, reservar la Universidad supuestamente para los mejores y romper totalmente con la equidad y la igualdad, en busca de una falsa calidad. La memoria económica del texto, de unos 350 millones de euros frente a los 1.500 de la anterior Ley educativa, la LOE, viene a confirmar que lo que persigue el PP es una escuela más pequeña, con menos alumnado, con menos profesorado, menos pluralidad, menos ideas, menos participación y menos oportunidades.

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