lunes, 5 de noviembre de 2012

El PP tropieza dos veces


Hace unos días que el Partido Popular de Andalucía anunció que las diputaciones y los ayuntamientos gobernados por su formación política abandonarían la Federación Andaluza de Municipios y Provincias (FAMP), en una nueva agresión al municipalismo para debilitar la posición de los entes locales ante el Gobierno de España en pleno proceso de reforma del modelo local. Es una decisión sin justificación por cuanto no hay argumentos de ningún tipo que sustenten esta actuación. Es el simple hecho de que, como democráticamente no pueden gobernar esta federación, la estrategia es posicionarse ahora contra las reglas de funcionamiento de la FAMP.

Tengo que recordarle al Partido Popular que la Presidencia de la FAMP debe corresponder a la fuerza política que ostente el gobierno de un mayor número de ayuntamientos y el PSOE de Andalucía gobierna en 375 municipios frente a los 268 del PP, que oculta que las reglas de funcionamiento de la FAMP, establecidas democráticamente por sus miembros, tienen en cuenta, para otorgarles el voto a sus miembros, su población respectiva. Los populares son conscientes de que el derecho no ampara sus pretensiones y se precipitaron claramente al proclamar que los resultados de las municipales de 2011 le habían otorgado la presidencia de la Federación. Su anuncio fue fruto de un análisis simplista que ignoraba las normas de elección de sus órganos de gobierno establecidas en sus Estatutos.

Por otra parte, el PP ha promovido un ataque frontal a los ayuntamientos, concejales y concejalas que trabajan por el bien común, con un cambio legislativo claramente lesivo para el municipalismo, que incluye la reducción del número de representantes públicos, la eliminación de las Entidades Locales Autónomas, como las de Balanegra o Fuente Victoria en nuestra provincia, o la posibilidad de que pequeños y medianos municipios queden intervenidos a partir de criterios nada objetivos, con irreparables consecuencias para la democracia local en toda su amplitud. No puede gobernar la FAMP quien se dedica a desmontar la autonomía local, emprendiendo una cruzada contra el poder de los gobiernos locales.

Las y los socialistas andaluzas hemos exigido al presidente del Partido Popular de Andalucía que recapacite y que retome la senda del diálogo. El PP ya abandonó la FAMP en otra ocasión y volvió a los pocos meses, en una actitud impropia de un partido que se pretende serio y riguroso. Confiamos en que haga lo mismo que en 1995 y, con buen criterio, reconsidere su postura, puesto que la FAMP es un instrumento útil para Andalucía y ha sido una Institución imprescindible para desarrollar una estructura territorial equilibrada y democrática, que tuvo su reflejo en el Estatuto de Autonomía y en la consideración que hace de la autonomía local.

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