sábado, 6 de octubre de 2012

ES DIFICIL CREER A RAJOY


No es sólo difícil creer a Rajoy, que lo es, sino que lo más grave es ver cómo un presidente de un país moderno y democrático está destruyendo, en menos de un año, cualquier atisbo de esperanza con más paro, recesión y recortes. La insolvencia política de Rajoy es la mayor debilidad de España y es el Gobierno de una derecha, con alto riesgo de quebrar a este país, la que nos está haciendo cada día más débiles ante Europa. En este contexto, la crisis no es la que está destruyendo la confianza de la ciudadanía española, sino la gestión que está haciendo de ella el Partido Popular, a través de unos Presupuestos para el año próximo que se ceban con la ciudadanía y cargan en las espaldas de quienes menos tienen todos los recortes, socializando “los errores” de la banca.


¿Es difícil imaginar a España tras la era Rajoy? Posiblemente, si ponemos la memoria en marcha y retrocedemos a la década de los 60-70. Quienes han tenido el privilegio de vivir la evolución de este país, de la España centralista, la de la miseria y desprotección social, a la España de la gestión del Estado de las Autonomías no dan crédito a la irresponsabilidad con que actúa el Gobierno de la derecha. Con su insaciable política de recortes no sólo ha condenado el presente de los españoles y españolas sino que al tocar el Fondo de Reserva de las Pensiones da un paso más allá en su arriesgada escalada y obliga a la ciudadanía a arrastrar sine die las cadenas de la pobreza. El Gobierno socialista se encontró el Fondo de Reserva con 15.000 millones y lo llenó hasta los 67.000 millones, pese a haber afrontado un buen tramo de la crisis. Ésta también es la herencia socialista, la de haber llenado “la hucha” de las pensiones.

Y añadan un dolor mayor: los ayuntamientos quedan con menos fondos para los más necesitados. Las transferencias del Estado, destinadas a las ayudas sociales básicas de la ciudadanía y familias en peor situación económica, se recortan en un 40%, pese a que hoy por hoy son más necesarias que nunca. Pero eso sí, para la derecha de España son unos presupuestos “muy sociales”.

El PP miente cuando afirma que frenar el desempleo es su prioridad. Los presupuestos para el 2013 lo demuestran fehacientemente. Las prestaciones por desempleo caen un 6,3% y las políticas activas de empleo se reducen en un 34,6%. Un tijeretazo que se suma al ya aplicado en 2012. El ajuste conduce a la depresión, la depresión al desempleo y el desempleo a más déficit. La única vía para impulsar el crecimiento económico e incentivar el empleo pasa por una triple apuesta: reforzar el sistema educativo, más becas y reciclaje profesional, impulsar el I+D+i, potenciar las políticas activas de empleo, la actividad emprendedora y la base exportadora de nuestras empresas. Ese es el camino, pero Rajoy circula en dirección contraria.

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