El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, no deja de sorprender. Y es que, como si nada hubiera aprendido de la enorme derrota del PP en las últimas elecciones andaluzas, ha reaparecido en los últimos días con un discurso en el que venía a pedir a los dirigentes de su formación que dejen de cuestionarle y que vendan el cuento de la recuperación.
Rajoy, y en el PP, tienen mucho que perder, y lo saben. Y es que, el 24 de mayo, volvemos a las urnas para decidir el futuro de nuestros ayuntamientos que, en el caso de nuestra provincia, han sido pésimamente gestionados por muchos regidores populares.
La gente está cansada, con razón, de que el PP la tome por tonta. Porque todos sabemos ya que no hay ninguna recuperación posible –salvo en la cabeza de Rajoy- con 76.997 almerienses en paro. Desde que Rajoy se instaló en La Moncloa, la cifra de personas sin empleo en la provincia ha aumentado en más de 4.500. Además, hoy por hoy, prácticamente el 50 por ciento de los desempleados no reciben ya ninguna prestación. Ninguna –sí, ha leído bien-, lo que está llevando a muchas familias a vivir situaciones de extrema dureza.
Pero es que tampoco se libran del sufrimiento muchos almerienses que sí tienen trabajo. La precarización de las condiciones laborales y la temporalidad de los contratos se han convertido en la marca de la casa con el Partido Popular y la desastrosa Reforma Laboral que puso en marcha. Así que, lamentablemente, hay quien ya considera que ser un mileurista es un privilegio cuando ve lo que cobra de su nómina en su cuenta bancaria.
Si, con estos mimbres, los dirigentes del Partido Popular se atreven a decir que las cosas están mejorando es que, o viven en otro planeta o se han convertido en mentirosos compulsivos. Porque no es muy complicado enterarse de que siguen desahuciando a la gente de sus casas –sin que ellos traten de evitarlo-, de que los pensionistas están pagando por medicamentos que antes no pagaban o de que sus despiadados recortes están haciendo peligrar la atención de las personas con dependencia.
Así que una mentira como la de la recuperación, aunque se repita mil veces, sigue siendo mentira por mucho que Rajoy y su extensión provincial, Gabriel Amat, deseen lo contrario. Y, a estas alturas, la verdad que desasosiega al PP es que la gente tiene, de nuevo, la posibilidad de hacerles pagar en breve por el dolor que están causando.
Rajoy, y en el PP, tienen mucho que perder, y lo saben. Y es que, el 24 de mayo, volvemos a las urnas para decidir el futuro de nuestros ayuntamientos que, en el caso de nuestra provincia, han sido pésimamente gestionados por muchos regidores populares.
La gente está cansada, con razón, de que el PP la tome por tonta. Porque todos sabemos ya que no hay ninguna recuperación posible –salvo en la cabeza de Rajoy- con 76.997 almerienses en paro. Desde que Rajoy se instaló en La Moncloa, la cifra de personas sin empleo en la provincia ha aumentado en más de 4.500. Además, hoy por hoy, prácticamente el 50 por ciento de los desempleados no reciben ya ninguna prestación. Ninguna –sí, ha leído bien-, lo que está llevando a muchas familias a vivir situaciones de extrema dureza.
Pero es que tampoco se libran del sufrimiento muchos almerienses que sí tienen trabajo. La precarización de las condiciones laborales y la temporalidad de los contratos se han convertido en la marca de la casa con el Partido Popular y la desastrosa Reforma Laboral que puso en marcha. Así que, lamentablemente, hay quien ya considera que ser un mileurista es un privilegio cuando ve lo que cobra de su nómina en su cuenta bancaria.
Si, con estos mimbres, los dirigentes del Partido Popular se atreven a decir que las cosas están mejorando es que, o viven en otro planeta o se han convertido en mentirosos compulsivos. Porque no es muy complicado enterarse de que siguen desahuciando a la gente de sus casas –sin que ellos traten de evitarlo-, de que los pensionistas están pagando por medicamentos que antes no pagaban o de que sus despiadados recortes están haciendo peligrar la atención de las personas con dependencia.
Así que una mentira como la de la recuperación, aunque se repita mil veces, sigue siendo mentira por mucho que Rajoy y su extensión provincial, Gabriel Amat, deseen lo contrario. Y, a estas alturas, la verdad que desasosiega al PP es que la gente tiene, de nuevo, la posibilidad de hacerles pagar en breve por el dolor que están causando.
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