viernes, 6 de junio de 2014

Desmontando a Rajoy

El rey abdica y acapara portadas e informativos. A pesar de que la noticia sea de una trascendencia incuestionable, me viene a la cabeza la reflexión de que a buen seguro no lo sería menos la de denunciar todos los recortes del Gobierno del PP para quienes los padecen en el día a día.

La vorágine personal e informativa en la que vivimos –una gran noticia solapa a otra, un comentario en la red deja obsoleto el posicionamiento de la misma persona cinco minutos antes-, impide el análisis sosegado sobre cómo nos encontramos. En ese sentido, confieso que a veces echo en falta un espacio, profundo y calmado, dedicado a desmontar el discurso de Rajoy que, hábilmente, lanza anuncios y reformas –qué miedo de palabra en su boca- para apoderarse de parte de ese desenfreno de la actualidad y evitar, de este modo, que se piense demasiado.

Que se piense, para empezar, en que por primera vez en la historia de la democracia española se está legislando precisamente en contra de la democracia –a través de diferentes leyes- por parte de un Gobierno que ha ido, sistemáticamente, en contra de los ciudadanos. Para seguir, pensar también en que la herencia recibida que tanto predica, traducida en el déficit público del país, ha sido creada en su mayor parte por las comunidades autónomas que su partido, el PP, gobernaba durante el Gobierno de Rodríguez Zapatero.

Tampoco le interesa al que debería actuar como presidente de todos los españoles, que la gente se dé mucha cuenta de la imperiosa necesidad de que su Ejecutivo actúe con planes de empleo para paliar el drama del paro en el que están sumergidos millones de ciudadanos -y, claro, si a él no le importa el tema ya pueden imaginar ustedes lo que le afecta al sueño al presidente del PP de Almería y de la Diputación, Gabriel Amat, o al alcalde de la capital y senador, Luis Rogelio Rodríguez Comendador-.

Y cuando no puede impedir que se obvie del debate lo importante, ya que todavía le resulta imposible hacer desaparecer por decreto ley el sufrimiento entre aquellos a los que perjudican, ya se encarga el PP de defender lo indefendible y, sobre todo, de justificar su ataque haciendo sentirse culpable a la gente -¿a quién se le ocurriría comprarse un coche y una casa cuando tenía trabajo?-. La crisis, desmontemos a Rajoy entre todos, fue culpa de los mercados y a esos, a diferencia de la ciudadanía, no los ha castigado de cara a la pared.

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