viernes, 20 de junio de 2014

La perversión del PP

En un momento en el que los políticos tenemos la obligación, más que nunca, de demostrar que la actividad a la que nos dedicamos tiene como fin facilitar la vida a la gente, ha llegado el PP andaluz –con el almeriense a la cabeza- a enarbolar todo lo contrario, poniendo a sus ayuntamientos al servicio de su partido, en lugar de anteponer los intereses de la ciudadanía a la que representan, al decidir boicotear dos planes de empleo de la Junta de Andalucía.

El espectáculo ha sido bochornoso. La secretaria general del PP andaluz, Dolores López Gabarro, ha venido hasta Almería esta semana a hacerle el trabajo sucio a su ya fracasado nuevo presidente, Juan Manuel Moreno, y, de paso, a echarle una manita a Rajoy. Con unas tragaderas impropias de una alcaldesa, se quedó tan ancha al anunciar que los municipios en los que gobierna la derecha no pondrán en marcha las medidas aprobadas por Susana Díaz para sacar del paro a unos 2.000 almerienses en riesgo de exclusión social y a otro buen puñado de jóvenes.

¿La excusa? Que quieren que la Junta les dé el dinero para pagar esos contratos por adelantado lo que, atención, ya se contempla hacer tanto en el Plan de Empleo Joven como en el Decreto de Inclusión Social diseñados por los socialistas. ¿La verdadera razón entonces? Pues que el PP tiene la cabeza ya puesta en las elecciones municipales en lugar de dónde tendría que tenerla que no es, ni más ni menos, que en trabajar por ayudar a los que más lo necesitan a superar una crisis con consecuencias agravadas por las políticas insolidarias que aplican desde Madrid.

A nadie que siga la realidad política de Almería le extraña ya que el PP se niegue a poner medios para crear empleo, pero lo que es alucinante es que, no contento con eso, se dedique a poner piedras en el camino a la Junta. Hasta ahora, escudados en la falsedad de que la competencia no es de los ayuntamientos ni de la Diputación que gobiernan -¿entonces le han dedicado áreas específicas al empleo en estas instituciones solo por aparentar?- han dado la espalda a los ciudadanos y han evidenciado que no tienen la menor sensibilidad que cabría esperar de cualquier servidor público. Pero con el nuevo paso que han dado caen, directamente, en la perversión y en la indecencia y no han valorado algo que estoy segura de que sí tendrán en cuenta los almerienses: Que en política, como en la vida misma, no todo vale.

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