viernes, 31 de enero de 2014

La bola del PP


Les confieso que siempre me ha gustado escuchar la radio, sobre todo en el coche. Conducir acompañada por voces amigas hace los desplazamientos más placenteros. Además, algunos programas ofrecen la posibilidad de conocer historias personales de mucha gente que necesitan y merecen, ante todo, ser escuchadas.


En una de estas andanzas radiofónica me encontraba inmersa hace unos días, cuando el debate se centró en las pensiones. Uno por uno, jubilados de diferentes puntos del país utilizaban las ondas para expresar su descontento por el ridículo incremento de su pensión por parte del Gobierno para este año y con el hecho de que, además, la ministra de Empleo se permita el recochineo de mandarles una carta -con fines claramente electoralistas, añado- destacando el gran compromiso del PP con los mayores.

Los testimonios coincidían: Con tal cordial misiva, todos sentían que el Partido Popular les quería meter una bola que lo único que merecía era convertirse en real -gracias a la transformación del papel en sus manos- para tirarla a una papelera. Si les digo la verdad, pensé en lo que sentí cuando leí la misma carta dirigida a mi padre y les comprendí perfectamente. El gesto de hacer con la carta una bola y lanzarla a la papelera representa a la perfección la impotencia, la rabia y la indignación de todos los pensionistas a los que la derecha de este país les toma el pelo con falsas subidas de sus pagas que, en muchos casos, no llega a un euro al mes.

Los mayores están cansados de que los tomen por tontos y con mucha razón. Y es que, como bien decía otro de ellos, no hace falta ser un experto para saber que no ganan sino que en realidad han perdido dinero con respecto a hace un año por mucho que la ministra quiera decir lo contrario. Les basta para confirmarlo con mirar la misma papelera que acoge las palabras huecas de Fátima Báñez para ver cómo en ella permanecen, quizás también arrugadas por enfado, las facturas que demuestran que pagan cada vez más por la luz, el agua o el gas; las cajas de los medicamentos que ahora pagan y que antes no, y algunos recibos de compras con un IVA más elevado por decisión de Rajoy.

La realidad es que los pensionistas almerienses han perdido 1.500 euros de media en dos años. ¿Es mucho verdad? Pues se ve que nada para el Gobierno de Rajoy, que en un claro ejemplo de su austeridad se ha gastado 1,5 millones en las dichosas cartas.

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