martes, 15 de octubre de 2013

Educación, la última de la fila


Hablemos de educación empezando cerca, en Roquetas de Mar. Su alcalde, también presidente de la Diputación Provincial y del PP almeriense, Gabriel Amat, ha entendido a la perfección la filosofía que su partido tiene sobre la misma, lo que le ha llevado a rebajar en un 90% el recibo de la contribución a pagar por una conocida escuela privada. Ya antes, en la capital, Luis Rogelio Rodríguez Comendador había decidido también ceder en ventajosas condiciones una parcela pública para levantar otro fantástico centro privado.


Son dos claros ejemplos de educación de calidad que pretende el PP –su eufemismo para definir una educación para la élite-. Por eso han aprobado la LOMCE y, por eso también, ponen la educación la última de la fila en inversiones.

Argumentaré lo que digo con los Presupuestos Generales del Estado de 2014 en la mano, que reflejan una realidad espeluznante. Para empezar, siguen prohibiendo a Andalucía cubrir las bajas de quienes se jubilan. Si hubiésemos cumplido con esa exigencia permanente, se hubieran cerrado colegios. Como los socialistas impediremos a toda costa que eso suceda, aguantamos y tiramos de personal interino para solventar el problema. Eso también ha hecho posible salvar a un 55% de los profesores de Secundaria a los que Rajoy puso en la calle al imponer un aumento de su jornada lectiva.

Para seguir, las cuentas constatan que el ministerio de Wert ha reducido su presupuesto en casi un 25% en tres años. Eso se traduce en 40.000 alumnos menos en el país con ayudas para libros de texto y en la eliminación de programas de apoyo en entornos desfavorecidos, de lucha contra el abandono escolar o de respaldo a guarderías públicas. Andalucía, al contrario de lo que pasa en La Mancha de Cospedal o en el Madrid de González, resiste con recursos propios la asfixia –a dos manos, las de Rajoy- a la que nos somete y sigue ofreciendo esos recursos y más.

Mientras unos luchamos, con la fuerza de la razón y de la justicia, los populares almerienses respaldan una política de becas que dejará a muchos jóvenes sin estudiar. Las nuevas condiciones de acceso, con aumento de las notas medias, harán, que aún con la misma puntuación, quienes tengan dinero puedan seguir el Bachillerato o la Universidad y quienes no lo tengan, se conviertan en ‘NiNis’ forzados si no viven en comunidades como la nuestra, que ya está arbitrando ayudas paralelas propias para paliar su drama.

La recuperación, como pueden ver tras este breve análisis, solamente está en los mundos de colores de las señorías del PP, y no en los Presupuestos Generales del Estado ni en quienes, día tras día, tienen más difícil estudiar. Está la derecha, y así se lo diremos desde el PSOE una y otra vez, para que siguiendo sus desfasados métodos la pongan, directamente, de cara a la pared.

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