Si el PP volviese a la Escuela no tendría beca. Su gobierno se la quitaría, seguro, después de no sacar un 5,5 en la asignatura ‘Solidaridad e igualdad de oportunidades’. Como la mayoría de los dirigentes del PP tienen dinero, les daría igual, no necesitan del apoyo público para seguir adelante con sus estudios –mal aprovechados, eso sí-.
Los que van a tener más dificultades, pasando de una situación hipotética a una real, son los más de 800 alumnos almerienses de Bachillerato y Ciclos Formativos -10.000 en toda Andalucía- a los que el Gobierno de Rajoy ha dejado sin beca de estudios este curso ante la injusta decisión de subir la nota de 5 a 5,5 para poder acceder a la misma.
El discurso del esfuerzo con el que pretenden justificar la medida no es creíble en estos momentos complicados ya que cuando un estudiante con los padres en el paro, con problemas económicos, con dificultades sociales o sin dinero para clases particulares saca un cinco vale más que el ocho o el nueve que el de una familia acomodada. No puede ser que si un alumno saca un 5 y tiene dinero pueda seguir estudiando sin problema mientras que uno que lo saca y no tiene recursos suficientes se tenga que plantear dejar de estudiar por no disponer de la ayuda de un Gobierno que, supuestamente, debería de estar primando la formación de aquellos que deberán levantar un nuevo sistema económico y productivo sostenible que nos aleje de una crisis como la que estamos viviendo.
Es imposible que alguien con un mínimo de sensibilidad no esté de acuerdo en respaldar a aquellos que lo necesitan y siendo conscientes de ello los parlamentarios del PP se revuelven en sus sillas cuando los socialistas les pedimos que, por favor, hagan un frente común con Andalucía para decirle a su partido en Madrid que ya está bien, que dejen de atacar a los más débiles y exigirle que den marcha atrás en medidas como esta –que encima están planteándose endurecer aún más-.
Con la educación no se puede jugar. Y como la receta Cospedal, tan defendida por el PP en Andalucía, la conocemos ya que la están degustando en Castilla La Mancha - cierre de 61 escuelas rurales, eliminación de los libros de texto gratuitos y dejar sin comedor escolar a casi 12.000 niños- en Andalucía resistimos el envite de Madrid con un esfuerzo presupuestario loable y becas propias que palien, en la medida de lo posible, lo que queda fuera de nuestro control.
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