La derecha española, que tanto apego siente por las tradiciones más rancias, está actualizando la vieja fórmula de dejar pasar primero a las mujeres. Con el PP en el Gobierno nosotras volvemos a estar en la primera fila: concretamente, en la primera fila de los recortes, encabezando la larga cola de ciudadanos que esperan pacientemente su turno para ser entregados en sacrificio al insaciable dios de los mercados.
A la primera señal de que el barco de España zozobra, el Gobierno ha saltado al bote salvavidas. Con él han ido los banqueros y unos cuantos privilegiados, mientras que en la cubierta nos hemos quedado, viendo cómo nos hundimos, los ciudadanos de a pie.
En esta triste versión del Titanic, a las mujeres nos ha tocado un rol principal. Argumentos para explicar esta sentencia hay muchos, pero hoy me quiero centrar en los sucesivos recortes en materia de dependencia, que son recortes que afectan, principalmente, a los derechos de las mujeres.
Visto el sigilo con el que el Gobierno de Rajoy está actuando, no está de más recordar cuál es la situación a día de hoy. Desde hace seis meses, el Gobierno ha ido pegando tijeretazos a la Dependencia. Primero paralizó su aplicación para los dependientes moderados, dejando fuera del sistema a 400.000 personas. Después, empezó a recortar el dinero que recibían las comunidades autónomas para gestionar este derecho. En Andalucía, en concreto, dejaremos de recibir este año 89 millones de euros.
Por si todo esto fuera poco, el sábado pasado el Gobierno le dio la puntilla al sistema de dependencia, anunciando la imposición de un copago con carácter retroactivo, que puede desembocar en que haya dependientes que contraigan una deuda con la administración: una deuda que heredarán sus hijos y que se cargará sobre la vivienda habitual.
Además, se ha aprobado una reducción del 15% en la prestación económica que reciben los familiares que cuidan a un dependiente; y la extinción del actual convenio con la Seguridad Social para los cuidadores no profesionales, lo que se traduce en que, a partir del 1 de enero, estos cuidadores tendrán que pagar el 85% de su cuota de la Seguridad Social.
Dado que la mayoría de las personas beneficiarias de la dependencia son mujeres, por la mayor esperanza de vida, y dado que sobre todo son mujeres las que se siguen ocupando del cuidado de los dependientes, este castigo del Gobierno es, en esencia, un castigo a las mujeres.
A cuenta de los recortes, el diputado del PP Rafael Hernando nos ha prometido que después del ‘sacrificio’ habrá una recompensa. Olvida Hernando, sin embargo, que las cuidadoras arrastraban ya un gran sacrificio, por lo que cabe preguntarse si el desmantelamiento del Sistema es la recompensa.
A la primera señal de que el barco de España zozobra, el Gobierno ha saltado al bote salvavidas. Con él han ido los banqueros y unos cuantos privilegiados, mientras que en la cubierta nos hemos quedado, viendo cómo nos hundimos, los ciudadanos de a pie.
En esta triste versión del Titanic, a las mujeres nos ha tocado un rol principal. Argumentos para explicar esta sentencia hay muchos, pero hoy me quiero centrar en los sucesivos recortes en materia de dependencia, que son recortes que afectan, principalmente, a los derechos de las mujeres.
Visto el sigilo con el que el Gobierno de Rajoy está actuando, no está de más recordar cuál es la situación a día de hoy. Desde hace seis meses, el Gobierno ha ido pegando tijeretazos a la Dependencia. Primero paralizó su aplicación para los dependientes moderados, dejando fuera del sistema a 400.000 personas. Después, empezó a recortar el dinero que recibían las comunidades autónomas para gestionar este derecho. En Andalucía, en concreto, dejaremos de recibir este año 89 millones de euros.
Por si todo esto fuera poco, el sábado pasado el Gobierno le dio la puntilla al sistema de dependencia, anunciando la imposición de un copago con carácter retroactivo, que puede desembocar en que haya dependientes que contraigan una deuda con la administración: una deuda que heredarán sus hijos y que se cargará sobre la vivienda habitual.
Además, se ha aprobado una reducción del 15% en la prestación económica que reciben los familiares que cuidan a un dependiente; y la extinción del actual convenio con la Seguridad Social para los cuidadores no profesionales, lo que se traduce en que, a partir del 1 de enero, estos cuidadores tendrán que pagar el 85% de su cuota de la Seguridad Social.
Dado que la mayoría de las personas beneficiarias de la dependencia son mujeres, por la mayor esperanza de vida, y dado que sobre todo son mujeres las que se siguen ocupando del cuidado de los dependientes, este castigo del Gobierno es, en esencia, un castigo a las mujeres.
A cuenta de los recortes, el diputado del PP Rafael Hernando nos ha prometido que después del ‘sacrificio’ habrá una recompensa. Olvida Hernando, sin embargo, que las cuidadoras arrastraban ya un gran sacrificio, por lo que cabe preguntarse si el desmantelamiento del Sistema es la recompensa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario