domingo, 15 de julio de 2012

Descuartizando la Dependencia


La reforma del PP de la Ley de Dependencia no es un recorte más de los muchos que nos están imponiendo. No, no es una medida más ya que supone ni más ni menos que descuartizar el cuarto pilar del Estado del Bienestar y someter a la ciudadanía a lo que bien podríamos llamar violencia económica, que es la que se ejerce contra los más débiles, contra los hombres y mujeres que carecen de recursos o no se pueden valer por sí mismos.

Si en algo podemos estar de acuerdo es en que el Partido Popular avisó de esto. Venía lanzando desde la campaña electoral la idea de que la dependencia no es viable y, una vez en el Gobierno, con la excusa de la crisis y la herencia recibida, la están matando. La realidad es que la derecha ya tenía entre sus planes ocultos esta ejecución, porque su ideología defiende la privatización de los servicios asistenciales, el negocio empresarial que genera desigualdad en la sociedad.

El Gobierno de Rajoy intenta desesperadamente atender a los mercados, a la banca y a dar respuesta complaciente a sus abusos, aunque en campaña electoral al PP se le escuchaba hasta por las esquinas que si ellos gobernaban en España su primer objetivo, su gran dedicación, sería reducir el paro. Ahora hacen todo lo contrario, se dedican a aplicar recortes sin sentido que ocasionan destrucción de empleo, como han hecho en el sector de la dependencia, del que se calcula que, por los tijeretazos del PP, en Andalucía se dilapidarán más de 7.000 empleos, de los que casi un millar se perderán en Almería.

La derecha deja lo social reducido a simple retórica, preocupándose por el rescate de la banca en lugar de rescatar a las personas. Estas presuntas medidas de austeridad son en verdad medidas contra las personas, puesto que con los cambios en la Ley de Dependencia el PP está relegando al olvido el cuidado de las personas dependientes, reduciendo su atención, introduciendo el copago, para que solo la puedan percibir personas con capacidad económica e incrementando, de esta manera, las desigualdades. El Gobierno del PP cambia la distribución de fondos, no sólo para reconocer a las personas dependientes, sino para preponderar el tipo de servicio que se les va a prestar, con lo cual se devalúa una de las cuestiones más importantes de la Ley, el informe de los trabajadores y trabajadoras sociales para determinar el tipo de recurso que es el más adecuado para cada persona.

La Ley de la Dependencia que contó en el Parlamento con más del 90% de apoyo, está siendo, como decía al principio, descuartizada, amputada por el PP en solitario, con lo cual todo el mérito de este gran éxito, otro más, se lo deberemos a Rajoy y a los suyos. Y lo peor de todo es que la ciudadanía ya ha perdido la cuenta de cuántos llevan y cuántos más nos quedarán por sufrir.

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