viernes, 12 de diciembre de 2014

Ante todo, personas

El fallecimiento de 23 personas, entre ellas siete bebés, tras caer al mar desde una patera en la zona de Cabo de Gata me tiene todavía consternada. Nunca podré tolerar que algunos cuestionen, cuando no insultan, a quienes se embarcan en una travesía tan peligrosa, porque simplemente el hecho de que pongan en riesgo sus propias vidas puede dar ya una idea de aquello que pretenden dejar en sus países.

¿No queremos todos un futuro mejor para nosotros, para nuestros hijos y para nuestras familias? Como así es, nadie tiene el derecho de criminalizar al que intenta lograrlo. Es conveniente no caer en tópicos, ya que la inmensa mayoría de los inmigrantes que llegan a España no lo hacen en patera, pero también lo es reivindicar que para que la gente no se juegue la vida de este modo es necesario un Gobierno que trabaje con más ahínco para que la Unión Europea se dote de una verdadera política común en materia de inmigración.

Solamente la colaboración con los países de origen, de destino y de tránsito, además de la cooperación al desarrollo, tan maltratada por el PP con la excusa de la crisis, harán posible una regulación de los flujos migratorios y que a medio y largo plazo la gente no tenga que huir de su tierra ante un futuro de miseria.

Mientras que la derecha de este país no comprenda eso, no avanzaremos en positivo en un tema de enorme trascendencia humana. Y es que, en este mismo punto, tampoco es de recibo que esté ordenando que se trate a los inmigrantes con tan poco miramiento –por ser prudente en la expresión- como se está haciendo en la valla de Melilla y que, en un caso sin precedentes, sus decisiones llegaran a ser cómplices de la muerte de un considerable grupo –por el uso de bolas de goma, ¿recuerdan?-.

Mención aparte merece también el tratamiento que el PP dispensa a los extranjeros que residen legalmente en España. Lejos de reconocer los derechos que les corresponden, les han retirado la tarjeta de la Seguridad Social a quienes no estuvieran cotizando y han demostrado no tener un ápice de sensibilidad al recortar los programas educativos para apoyar a aquellos niños extranjeros que los necesitaran. En otras cosas quizás quieran disimular, pero cuando se habla de inmigración nadie puede negar que el PP actúa desde sus entrañas ideológicas, desde esas en las que no recuerdan que antes que nada está el respeto a las personas y la humanidad.

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