viernes, 27 de mayo de 2016

Suspenso en economía


El proyecto del PP de sacar a España de la crisis a fuerza de recortes ha fracasado estrepitosamente y no lo digo yo: lo ha dejado bien claro el propio presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, con la carta que le ha enviado al presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, prometiéndole nuevos recortes si continúa como presidente tras las elecciones del 26 de junio. Esta carta viene a constatar que los dolorosos recortes que el PP ha infligido a la sociedad española no han servido para nada, ya que la situación económica del país no sólo no es mejor que la de hace cuatro años, sino que incluso ha empeorado.

Pese a la austeridad suicida que ha aplicado a rajatabla el Gobierno del PP en los últimos cuatro años, España no ha superado la crisis económica, sino que se ha hundido en ella. Basta apuntar, por ejemplo, que el Gobierno del Partido Popular, con recortes incluidos, ha colocado la deuda pública por encima del 100% del PIB. Además, Rajoy ha sido el primer presidente que se ha atrevido a meter la mano en la hucha de las pensiones, poniendo en riesgo su futuro. Todo ello, sin haber solucionado el problema del desempleo y habiendo colocado a millones de ciudadanos al borde de la pobreza.

Hace cuatro años, Rajoy aseguró que la clave para salir de la crisis era apretarse el cinturón y hoy, cuatro años después, sigue prometiéndole a Europa más ajustes. ¿Hasta cuándo? ¿Para qué han servido entonces estos cuatro años? ¿Hacia qué abismo nos dirige esta derecha insaciable?

La economía no ha mejorado en los cuatro años de gobierno del PP, entre otras cosas, porque la derecha ha estado centrada exclusivamente en contener el gasto, sin preocuparse de algo fundamental: los ingresos. Tan sencillo como eso. España necesitaba una reforma fiscal progresiva que permitiera desarrollar políticas expansivas y no una amnistía fiscal, con la que se les hizo borrón y cuenta nueva a los grandes defraudadores.

El Partido Popular engañó a todo un país hace cuatro años con la milonga de que iban a mejorar la economía y todavía hoy sigue con la misma cantinela en Europa. La diferencia es que ya nadie se lo cree, porque hemos vivido en nuestras propias carnes el fracaso de su proyecto económico.

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