La ‘subida’ de las pensiones y la ‘bajada’ de los impuestos serán dos de los argumentos que escucharemos repetitivamente en las próximas semanas como dos de los grandes logros de la gestión económica que ha realizado el Gobierno del PP. Suena bien, aunque si miramos de cerca, el escenario empieza a desmoronarse.
A usted, pensionista, lo más probable es que el Gobierno le haya subido la pensión la increíble cantidad de 1 euro al año. Y usted, trabajador, desde el pasado 1 de julio probablemente se esté beneficiando, como la mayoría de los contribuyentes andaluces, de una sustanciosa rebaja del IRPF de 3,1 euros anuales.
Ahora hagamos memoria. En estos cuatro años, a usted, querido lector, antes de bajarle 3 euros del IRPF, se lo subieron mucho más. En 2012 el Gobierno nos sacó del bolsillo a los españoles, sólo con este impuesto, 4.000 millones de euros. En 2012 también nos subieron el IVA de manera escandalosa: la OCU calculó que este incremento le iba a suponer a cada familia 470 euros más en impuestos al año. En este tiempo también hemos empezado a tener que pagar por los medicamentos que tomamos y nos han subido el recibo de la luz una media de 100 euros al año, según cálculos de Facua. Mientras tanto, no ha bajado el paro, aunque el Gobierno sí ha recortado, año tras año, las prestaciones por desempleo.
De cualquier modo, hay que ser justos: no todos han salido perdiendo. En estos cuatro años, el Gobierno destinó al menos 43.000 millones de euros a rescatar a la banca y aprobó una ventajosa amnistía fiscal para los defraudadores, a los que se les hizo borrón y cuenta nueva a cambio de un mísero 10% de lo que hubieran ganado con ese dinero oculto.
Desde el PSOE llevamos mucho tiempo advirtiendo de que en España hace falta un sistema fiscal justo, donde los que más paguen sean los que más tienen y los que más ganan. En el año 2012, hicimos una propuesta para evitar el recorte de 10.000 millones de euros en educación, sanidad y servicios públicos que había anunciado el Gobierno. Propusimos recaudar esa cantidad a través de un impuesto a las grandes fortunas y garantizando que las grandes empresas pagaran una cuota mínima del impuesto de sociedades. El PP hizo oídos sordos y la consecuencia la hemos vivido: un robo a mano armada al ciudadano de a pie, vía recortes y subida de impuestos, a cambio de 1 o 3 euros.
A usted, pensionista, lo más probable es que el Gobierno le haya subido la pensión la increíble cantidad de 1 euro al año. Y usted, trabajador, desde el pasado 1 de julio probablemente se esté beneficiando, como la mayoría de los contribuyentes andaluces, de una sustanciosa rebaja del IRPF de 3,1 euros anuales.
Ahora hagamos memoria. En estos cuatro años, a usted, querido lector, antes de bajarle 3 euros del IRPF, se lo subieron mucho más. En 2012 el Gobierno nos sacó del bolsillo a los españoles, sólo con este impuesto, 4.000 millones de euros. En 2012 también nos subieron el IVA de manera escandalosa: la OCU calculó que este incremento le iba a suponer a cada familia 470 euros más en impuestos al año. En este tiempo también hemos empezado a tener que pagar por los medicamentos que tomamos y nos han subido el recibo de la luz una media de 100 euros al año, según cálculos de Facua. Mientras tanto, no ha bajado el paro, aunque el Gobierno sí ha recortado, año tras año, las prestaciones por desempleo.
De cualquier modo, hay que ser justos: no todos han salido perdiendo. En estos cuatro años, el Gobierno destinó al menos 43.000 millones de euros a rescatar a la banca y aprobó una ventajosa amnistía fiscal para los defraudadores, a los que se les hizo borrón y cuenta nueva a cambio de un mísero 10% de lo que hubieran ganado con ese dinero oculto.
Desde el PSOE llevamos mucho tiempo advirtiendo de que en España hace falta un sistema fiscal justo, donde los que más paguen sean los que más tienen y los que más ganan. En el año 2012, hicimos una propuesta para evitar el recorte de 10.000 millones de euros en educación, sanidad y servicios públicos que había anunciado el Gobierno. Propusimos recaudar esa cantidad a través de un impuesto a las grandes fortunas y garantizando que las grandes empresas pagaran una cuota mínima del impuesto de sociedades. El PP hizo oídos sordos y la consecuencia la hemos vivido: un robo a mano armada al ciudadano de a pie, vía recortes y subida de impuestos, a cambio de 1 o 3 euros.
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