viernes, 11 de abril de 2014

Los datos del candidato

Le ha costado –mejor dicho, le ha costado muchísimo- pero el PP tiene, finalmente, cabeza de lista al Parlamento Europeo: Miguel Arias Cañete. Sí, parece que ya no podían aguantar más y a 45 días de las comicios que determinarán el futuro europeo para los próximos años han obligado al actual ministro de Agricultura a dar la cara por Rajoy y sus compañeros de la derecha en el continente, precisamente por los mismos que con sus recortes y su austeridad mal entendida están provocando el sufrimiento de millones de personas tanto en España como en los países vecinos.

Está claro que la estrategia del Partido Popular con este retraso intencionado era desmotivar a la ciudadanía ante una cita clave –no hablaré de la importancia de las decisiones adoptadas en Bruselas para nuestro día a día, sino que directamente les invito a reflexionar sobre qué no se decide o no se debate en Europa-, temerosos de un castigo inevitable si la gente es consciente de muchas de sus propuestas y anteriores decisiones.

Difícil lo va a tener Arias Cañete para vender lo invendible. Ni su partido a nivel europeo, ni su partido a nivel español, ni él mismo pueden ponerse como ejemplo salvo para reflejar cómo es posible alejarse de la ciudadanía y dejar de solucionar sus problemas mientras los esfuerzos se vuelcan en rescatar a la banca.

Los datos del candidato con Almería y su potente sector agrícola tampoco son nada buenos. Además de la reprochable falta de contacto con sus protagonistas –en más de dos años solamente ha pisado la provincia una vez y para un rato-, Arias Cañete ha sido el responsable de una Ley de Cadena Alimentaria que no protege de los abusos a los productores y que se pone de lado de las grandes distribuidoras.

Ni tan siquiera ha sido capaz de cumplir con los agricultores afectados por la tormenta de granizo del pasado noviembre en El Ejido. Mucha palabrería por parte del PP en Almería, pero siguen esperando las medidas urgentes que el Gobierno iba a poner en marcha para ayudarles.

Y tampoco puedo dejar de lado la terrible realidad de que el reparto desde su Ministerio de los fondos de la Política Agrícola Común (PAC) recibidos por España deja a Andalucía con 418 millones menos de los que le corresponderían. ¿Imaginan la repercusión que eso tendrá para nuestro desarrollo rural? Pues ya les advierto de que, a veces, la imaginación es incluso más indulgente que la realidad…

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