Los avances en políticas sociales siempre son importantes pero, cuando ese progreso repercute, en lo más valioso de nuestra sociedad, en nuestros niños y niñas, la satisfacción es absoluta. Esta semana tenemos un nuevo motivo para sentirnos orgullosos de vivir en Andalucía y de pertenecer a una comunidad autónoma que va a la vanguardia en materia sanitaria.
El gobierno de Susana Díaz sigue cumpliendo y, en esta ocasión, lo hace atendiendo a una demanda tanto de familias de menores diabéticos como de los profesionales sanitarios quienes contarán a partir de ahora con nuevas prestaciones para mejorar la calidad de vida de estos pacientes crónicos. En el caso de los niños y niñas, el nuevo sistema puesto a su disposición –denominado Flash- evitará que 3.500 criaturas andaluzas de entre 4 y 18 años tengan que pincharse diariamente hasta en ocho ocasiones para comprobar sus niveles de glucosa en sangre. A partir de ahora, los profesionales del sistema público sanitario les implantarán un dispositivo debajo de la piel del brazo mejorando, sin duda, su calidad de vida y la de su familia.
Además, otros 5.000 pacientes andaluces medirán continuamente sus niveles de glucosa a través del nuevo sistema bomba sensor que, sobre todo, contribuye a reducir las bajadas graves de azúcar en pacientes que ya portan bomba de insulina. Poner en marcha estas nuevas prestaciones en todas las provincias supondrá una inversión de 3,5 millones de euros adicionales al presupuesto consignado para este año.
Y la Junta de Andalucía lo hace porque tiene cintura. El Gobierno andaluz está preparado para asumir retos y para invertir en lo verdaderamente importante, porque el PSOE siempre gestiona pensando las personas y en su bienestar. Eso es tener altura de miras y, con esta nueva iniciativa, supone, además, situarse en la vanguardia del sistema público nacional. De hecho, el Ministerio de Sanidad aún no ha aprobado estos avances dentro de la cartera de servicios del Sistema Nacional de Salud y, hasta el momento, muy pocas comunidades lo implantan y en Andalucía es donde se van a beneficiar el mayor número de pacientes. Gracias al abordaje de la diabetes la mortalidad por esta enfermedad se ha reducido de forma progresiva, a expensas de una reducción de la mortalidad prematura, que la sitúa por debajo de la tasa nacional.
El gobierno de Susana Díaz sigue cumpliendo y, en esta ocasión, lo hace atendiendo a una demanda tanto de familias de menores diabéticos como de los profesionales sanitarios quienes contarán a partir de ahora con nuevas prestaciones para mejorar la calidad de vida de estos pacientes crónicos. En el caso de los niños y niñas, el nuevo sistema puesto a su disposición –denominado Flash- evitará que 3.500 criaturas andaluzas de entre 4 y 18 años tengan que pincharse diariamente hasta en ocho ocasiones para comprobar sus niveles de glucosa en sangre. A partir de ahora, los profesionales del sistema público sanitario les implantarán un dispositivo debajo de la piel del brazo mejorando, sin duda, su calidad de vida y la de su familia.
Además, otros 5.000 pacientes andaluces medirán continuamente sus niveles de glucosa a través del nuevo sistema bomba sensor que, sobre todo, contribuye a reducir las bajadas graves de azúcar en pacientes que ya portan bomba de insulina. Poner en marcha estas nuevas prestaciones en todas las provincias supondrá una inversión de 3,5 millones de euros adicionales al presupuesto consignado para este año.
Y la Junta de Andalucía lo hace porque tiene cintura. El Gobierno andaluz está preparado para asumir retos y para invertir en lo verdaderamente importante, porque el PSOE siempre gestiona pensando las personas y en su bienestar. Eso es tener altura de miras y, con esta nueva iniciativa, supone, además, situarse en la vanguardia del sistema público nacional. De hecho, el Ministerio de Sanidad aún no ha aprobado estos avances dentro de la cartera de servicios del Sistema Nacional de Salud y, hasta el momento, muy pocas comunidades lo implantan y en Andalucía es donde se van a beneficiar el mayor número de pacientes. Gracias al abordaje de la diabetes la mortalidad por esta enfermedad se ha reducido de forma progresiva, a expensas de una reducción de la mortalidad prematura, que la sitúa por debajo de la tasa nacional.
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