viernes, 9 de diciembre de 2016

Otro año en blanco

A falta de poco más de tres semanas para que acabe el año, creo que ya se puede dar por confirmado que 2016 no pasará a la historia de Almería como el año en que el Gobierno central hizo algo importante por los almerienses. Una vez más, habrán pasado 365 días sin que Madrid haya movido ni un dedo por nuestra provincia. Los almerienses sufriremos otro año en blanco y lo peor es que no es la primera vez que esto ocurre: desde que Rajoy llegó a La Moncloa a finales de 2011, el cuento se ha repetido invariablemente.

El mejor ejemplo de la política del engaño que ha practicado el PP con Almería está en las obras del AVE. Año tras año, el Gobierno ha presupuestado dinero para esta infraestructura y año tras año se ha dejado esa cantidad sin gastar. Como consecuencia, acumulamos ya 417 millones de euros perdidos, esfumados. De cara al próximo presupuesto, se admiten apuestas, aunque veo bastante factible que nos prometan los mismos 100 millones que han ido presupuestando en los últimos años… y asunto arreglado. Si no piensan gastarlos, tampoco hay necesidad de quebrarse la cabeza con los cálculos.

El Gobierno de Rajoy ha mostrado el mismo desinterés con otra importante obra que tiene pendiente en nuestro provincia: la reparación de la desaladora de Cuevas del Almanzora, inutilizada por la riada de septiembre de 2012. Desde entonces, el Ejecutivo del PP no ha movido ni un solo dedo para volver a ponerla en marcha. Poco le ha importado que los regantes se estén viendo privados, desde entonces, de los 15 hectómetros cúbicos anuales de agua desalada que recibían, amén de los otros 5 que se producían para abastecimiento humano. En 2014 la obra se incluyó en los Presupuestos Generales del Estado y, desde entonces, la historia se ha repetido: año tras año se nos han prometido los 22 millones necesarios para repararla, pero nunca se han gastado.

Del mismo modo, en 2016 se presupuestaron por fin las dos rotondas que Los Gallardos necesita para aliviar los graves problemas de tráfico que padece en el enlace con la autovía, aunque el año terminará sin que se haya movido ni una sola piedra. La historia se repite con cada una de las obras que el Gobierno de Rajoy nos promete cada año, pero nunca se ejecutan. Así que para 2017 pediré algo bien sencillo: que cumplan su palabra y que dejen de una vez de tomarnos el pelo.


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