Comprar la razón

A los dirigentes del PP les hace falta pasar por la escuela otra vez. Se ve que en aquellos centros de élite o segregados en los que estudió más de uno no les explicaron bien que tener mayoría absoluta no significa tener la razón y que el dinero, por mucho que se tenga en cuentas suizas, tampoco puede comprarla.

Sólo una falta de formación, en este caso en cultura democrática, explica que los populares rechazaran esta semana en el Congreso las 11 enmiendas a la totalidad presentadas por el PSOE y el resto de la oposición pidiendo la paralización de la reforma educativa planteada por Rajoy. Nunca un partido estuvo tan solo en su mayoría absoluta para seguir adelante con una Ley pero no podía ser de otra manera cuando toda la comunidad educativa está en contra del planteamiento al que quieren conducir al país.

El PP sigue sordo al clamor, expresado en dos huelgas generales educativas y en numerosos actos de protesta en los que ha participado incluso un hermano del ministro que firma la reforma, que exige retirar la LOMCE y la apertura de un verdadero diálogo con el ámbito educativo, el resto de partidos políticos y las comunidades autónomas para mejorar el sistema desde un diagnóstico compartido y aunando voluntades en los objetivos.

La sinrazón que la derecha pretende imponer con un modelo elitista y segregador en el que estudiará quien tenga dinero o notas brillantes, en el que la religión es evaluable y que desmantela la educación pública a favor de la privada responde, como en otros ámbitos, a una imposición del modelo ideológico conservador y está muy lejos de la mejora de resultados del alumnado.

Que el resto de los mortales, menos uno mismo, crea que lo que estás haciendo está mal debería de ser motivo suficiente para replantearse la situación, ¿no? Pues eso en el PP no pasa y no pasa, simple y llanamente, por su autoritarismo. Frente a eso, los socialistas hemos participado de un acuerdo sin precedentes que estudiantes, alumnos, padres y profesores tienen que conocer: Hemos firmado, junto al resto de partidos en la oposición, un documento en el que nos comprometemos a paralizar y derogar la Ley Wert cuando se inicie la próxima legislatura, elaborando una nueva norma consensuada que dé a la educación de este país la estabilidad que se merece.