viernes, 15 de abril de 2016

El futuro del campo

Más allá de conceptos como la concentración de la oferta, la I+D+i, la utilización eficiente de los recursos o la búsqueda de nuevos mercados, el futuro de nuestra agricultura depende también –y especialmente– de una cuestión muy básica: el relevo generacional. Sin jóvenes que se incorporen a la actividad agrícola, no hay futuro posible para nuestro campo. Por ese motivo, las políticas públicas deben apoyar a los jóvenes que quieran dedicarse a la agricultura y la ganadería, ayudándolos a que puedan arrancar.

Con este espíritu, la Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía ha puesto en marcha una línea de ayudas para la primera instalación de jóvenes al frente de explotaciones agrarias. Estas ayudas, incluidas en el marco del Programa de Desarrollo Rural de Andalucía 2014-2020, iban a suponer inicialmente la inversión de 20 millones de euros en el conjunto de la comunidad autónoma, aunque la Junta de Andalucía decidió incrementar esa cantidad, multiplicándola casi por cuatro, de manera que finalmente se han reservado 90 millones de euros. De esta cantidad, más de 10 millones vendrán para la provincia de Almería.

A la espera de que se concluya el proceso de concesión, se estima que, en nuestra provincia, habrá finalmente más de 200 beneficiarios de estas ayudas. Cada uno recibirá una subvención de entre 30.000 y 70.000 euros, para que puedan echar a andar.

La incorporación de jóvenes al campo no es una cuestión baladí. En primer lugar, la agricultura es una importantísima fuente de creación de empleo y los jóvenes han sido, en los últimos años, uno de los colectivos que más ha sufrido la dificultad para acceder al mercado laboral provocada por la crisis. En este sentido, hay que recordar que el joven que se incorpora a la agricultura no sólo encuentra trabajo para sí mismo, sino que también genera, de media, ocho puestos de trabajo indirectos, según datos del Consejo Europeo de Jóvenes Agricultores. Está demostrado, además, que el relevo generacional también contribuye a la modernización de las explotaciones, la introducción de nuevas tecnologías y el desarrollo de nuevos proyectos, con mayor valor añadido, calidad y sostenibilidad. Por estos motivos, el relevo generacional en el campo merece el apoyo de todos.


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