viernes, 30 de marzo de 2018

Una púa de mil millones

La semana que viene conoceremos en detalle los Presupuestos Generales del Estado que el Gobierno quiere aprobar para el año en curso. Más allá de que nos hayamos plantado en el mes de abril para que el Gobierno lleve a las Cortes unas cuentas que debían estar ya más que aprobadas, quedémonos con lo positivo: el Partido Popular vuelve a tener una oportunidad de oro para resarcir a los almerienses de todo el daño que nos ha causado en los últimos seis años.

Ese daño no es una invención mía, está perfectamente cuantificado. Desde que el PP se instaló en La Moncloa, en Almería se han dejado de invertir mil millones de euros. Esta cantidad es el resultado de sumar las inversiones que se han incluido en los Presupuestos pero nunca se han llegado a ejecutar y lo que tendría que haber recibido Almería si tuviéramos un sistema de financiación justo. Como digo, a mil millones de euros asciende la deuda que ha generado el Gobierno con nuestra provincia en el breve lapso de seis años. Como púa no está nada mal.

Así las cosas, esperamos que en estos Presupuestos se nos devuelva nuestro dinero. Esos mil millones serían suficientes para avanzar en muchas de las infraestructuras que necesitamos: el AVE de doble vía a Murcia y el AVE a Granada, las mejoras en el tren convencional, el tercer carril de la A-7 entre Viator y El Ejido, los nuevos accesos a Vícar y al Puerto de la capital, la línea eléctrica entre Vera y Baza, la comisaría de Roquetas, el nuevo cuartel de la Guardia Civil en Vícar, la ampliación de la desaladora de Carboneras, las conducciones de agua desalada desde la Venta del Pobre al Campo de Tabernas, la reparación de la desaladora del Bajo Almanzora, las canalizaciones de distribución de la desaladora del Campo de Dalías, la ampliación de las depuradoras de Roquetas de Mar, El Ejido y Adra, el túnel de desagüe de la Balsa del Sapo y las obras de encauzamiento de los ríos Adra, Antas y Aguas.

La primera exigencia de los socialistas es que ese dinero que nos han escamoteado vuelva adonde tiene que estar, a la Ley de Presupuestos Generales del Estado para 2018. Cuando esto se consiga, hablaremos de la segunda exigencia: que se cumpla la Ley, que para eso está. Lo que no se puede consentir es que, año tras año, se presupueste un dinero y, año tras año, se quede sin gastar. Los almerienses nos merecemos un gobierno comprometido con nuestra provincia.


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