viernes, 3 de noviembre de 2017

Con nombres y apellidos

El Gobierno de Rajoy está actuando con una absoluta deslealtad hacia nuestra provincia. Los ejemplos que podríamos poner para sustentar esta afirmación son numerosos, pero quizás el más sangrante, por la repercusión directa que tiene sobre uno de los pilares de nuestra economía, es su absoluto desentendimiento sobre los acuciantes problemas de agua que padece nuestra agricultura.

A estas alturas, comienza a dar vergüenza ajena el pavoroso silencio del Partido Popular a la hora de elevar el tono de la reivindicación para que se lleven a cabo las obras que Almería necesita, que necesitan nuestros agricultores, tras cerrarse el grifo de los trasvases como consecuencia de la sequía que está padeciendo la mayor parte del país.

El caso de la desaladora del Bajo Almanzora, que lleva cinco años inutilizada, terminará en los libros de historia como uno de los episodios de mayor deslealtad del Partido Popular hacia esta provincia. Es intolerable que el Ejecutivo de Rajoy se haya reído de los almerienses año tras año, consignando partidas para su reparación en los Presupuestos Generales del Estado y que, sin embargo, no se haya gastado ni un solo euro de ese dinero. Sabiendo de la necesidad que tenemos, cómo es posible que se nos trate de esta manera, con esta desconsideración.

De la misma manera, roza el esperpento que el Campo de Tabernas siga sin poder recibir agua de la desaladora de Carboneras, a pesar de que existe un proyecto, que tiene el Ejecutivo del PP guardado en un cajón, que permitiría realizar esa actuación y acabar así con la sed que sufre la comarca.

Éste es otro de esos ejemplos en los que la voluntad política es determinante a la hora de desatascar actuaciones vitales para nuestro desarrollo, pero mucho nos tememos que al igual que está ocurriendo con el Corredor Mediterráneo, los temas del agua corran la misma suerte.

Y sí, hay que ponerle nombres y apellidos a la administración que no está haciendo sus deberes, porque esto solo lo puede solucionar quien tiene las competencias para hacerlo: el Gobierno del Partido Popular. Entre tanto, lo mínimo que pueden hacer los dirigentes provinciales del PP es ejercer su influencia y a conseguir que la ministra de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, reciba a los representantes de la Mesa del Agua de Almería a quienes niega una entrevista desde hace meses.

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