viernes, 27 de julio de 2018

Justicia de género

El tiempo, en este caso, no hace el olvido. Ni yo puedo ni la sociedad puede olvidar los hechos, sentencia y consecuencias de la denominada ‘Manada’. Recientemente, una nueva y polémica decisión judicial da vía libre a uno de los cinco violadores que trataba de renovar su pasaporte cuando tiene prohibido salir del territorio nacional. Me pregunto para qué querrá dicho documento. Y me pregunto otras tantas cosas para las que, hasta el momento, no he encontrado una respuesta satisfactoria.

El delito de la denominada ‘Manada’ es una causa de toda la sociedad que está en contra de una obscena connivencia con las actitudes más machistas e insoportables y, menos aún, con la culpabilización de las víctimas de delitos sexuales. El debate que suscita la sentencia va, sin embargo, más allá. Porque si bien los jueces han impuesto la pena más alta posible por abusos sexuales, nueve años, lo que se cuestiona es la calificación del delito, el que no se haya considerado que hay violación

La sociedad, las mujeres no hemos entendido cómo no coinciden las expectativas de un hecho que nos parece aberrante de tratar a un ser humano, dándole apariencia de consentimiento de la víctima, con lo previsto en el ordenamiento jurídico. Ya son demasiadas las resoluciones judiciales llamativas, discriminatorias o de claro sesgo machista hacia las mujeres. Por eso la sociedad clama por que haya más formación desde la perspectiva de género y reflexionar sobre posibles reformas legales. En este sentido, el Gobierno andaluz de Susana Díaz, como en tantas otras ocasiones, ha dado un paso adelante y ha suscrito con el Consejo General del Poder Judicial un acuerdo para la formación en perspectiva de género de todos los profesionales de la Justicia andaluza.

Y esto se ha hecho desde el pleno convencimiento que tenemos los socialistas de que debe existir una evolución de la jurisprudencia que esté orientada a la protección de las víctimas desde una perspectiva de género, para que exista una consciencia de las particularidades de estos procesos. Lo importante de este y otros casos es la conclusión que debemos sacar para luchar por las reformas educativas, sociales y legales para eliminar ese machismo estructural y no olvidar que se trata de actitudes muy instaladas en parte de la sociedad. La sociedad no ser tolerante con este tipo de aberraciones.


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