viernes, 6 de febrero de 2015

#NOal3Más2

Aquellos que siguen este espacio ya sabrán que lo he utilizado en numerosas ocasiones para abordar cuestiones relacionadas con la educación. No es para menos, teniendo a un ministro que se ha ganado a pulso la animadversión de la inmensa mayoría de españoles -como refleja que sea el ministro peor valorado de la democracia en las encuestas del CIS- gracias a sus decisiones erróneas, injustas y totalitarias.

La última de ellas, por la que vuelvo a emplear estas líneas para hablar de educación, ha conllevado una reacción inmediata de los rectores de este país para pararla por el momento. Me estoy refiriendo, como imagino que conocen, a la reforma universitaria que Wert ha planteado en nombre de Rajoy, con la que pretenden dar la puntilla a la igualdad de oportunidades dentro del ámbito educativo.

El proyecto del PP pasa por imponer un modelo por el que las Universidades pueden plantear tres años de grado y dos de máster siendo estos especialmente caros y sin posibilidad de becas para los estudiantes-; un esquema en el que sólo los alumnos con capacidad económica van a poder estudiar, limitando el acceso a los hijos de las familias trabajadoras y de clases medias.

La reforma de Wert, siguiendo con su sello habitual, se ha afrontado sin diálogo y sin consenso. Muy al contrario, tiene a los rectores, los profesores y los alumnos en contra. Y es que, como en otras ocasiones, esta no es más que una muestra clara de acción ideológica por parte del PP con la que quieren convertir la Universidad en un lujo que no esté al alcance de todos, para que así los suyos sigan copando luego las mejores posiciones del país.

Los datos avalan la tesis. Desde que gobierna España, el PP ha reducido en 813 euros la cuantía media de las becas para alumnos andaluces y, directamente, se la ha denegado a dos de cada tres alumnos que la han solicitado. Lo de la brillante idea del 3+2, tal y como se ha planteado, era la manera de cerrar el círculo.

Menos mal que la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, tuvo claro desde que se conocieron las intenciones del PP el pasado viernes que había que frenarlas y que, como ella, los rectores reaccionaron rápidamente anunciando la paralización de la aplicación de esta medida. Ganamos así tiempo para que el PP salga de La Moncloa y para que, en este como en otros asuntos, entre un Gobierno socialista que ponga cordura.

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